Vivimos tiempos de crisis, suponemos que esto es algo que no se le escapa a nadie. Estamos viendo como muchas empresas han sufrido las consecuencias de la misma, teniendo que recurrir a los temidos Eres, Ertes o en el peor de los casos incluso cerrando el negocio. Entre las empresas que han conseguido sobrevivir, todas han tenido que abrocharse el cinturón. Muchas han optado por recortar, en nuestra opinión equivocadamente, presupuesto de la formación.
La formación es fundamental, y especialmente en tiempos de crisis, para poder adaptarse al cambio. "Las empresas que a pesar de la crisis ven futuro no discuten la formación, la potencian". Eso sí, es en estos momentos cuando más prestan atención a en qué gastan su dinero, puesto que lo que buscan es, de alguna manera, que la inversión que realizan les produzca los mayores beneficios posibles.
En definitiva, buscan una formación de calidad. Cuando, como empresa proveedora de formación, ya has trabajado con un cliente y le has aportado calidad, éste repetira. Sin embargo, ante potenciales clientes ¿cómo demuestro mi calidad? las certificaciones se han convertido en la forma más útil e imparcial de garantizar tu calidad de cara al mercado.
Evidentemente, las certificaciones también tienen sus inconvenientes, a nadie le gusta que venga alguien de fuera a su propia empresa a evaluarle y dictarle como hacer las cosas; además de ser caras y laboriosas. Sin embargo, realizando este proyecto hemos podido comprobar que las certificacioes están cada vez más extendidas, y aunque todavía ninguna de ellas es obligatoria en el sector de la formación, todos sabemos que el agente más importante es el cliente y si todas las empresas de la competencia tienen la certificación y tú no, puedes quedar fuera del mercado.
La formación es fundamental, y especialmente en tiempos de crisis, para poder adaptarse al cambio. "Las empresas que a pesar de la crisis ven futuro no discuten la formación, la potencian". Eso sí, es en estos momentos cuando más prestan atención a en qué gastan su dinero, puesto que lo que buscan es, de alguna manera, que la inversión que realizan les produzca los mayores beneficios posibles.
En definitiva, buscan una formación de calidad. Cuando, como empresa proveedora de formación, ya has trabajado con un cliente y le has aportado calidad, éste repetira. Sin embargo, ante potenciales clientes ¿cómo demuestro mi calidad? las certificaciones se han convertido en la forma más útil e imparcial de garantizar tu calidad de cara al mercado.
Evidentemente, las certificaciones también tienen sus inconvenientes, a nadie le gusta que venga alguien de fuera a su propia empresa a evaluarle y dictarle como hacer las cosas; además de ser caras y laboriosas. Sin embargo, realizando este proyecto hemos podido comprobar que las certificacioes están cada vez más extendidas, y aunque todavía ninguna de ellas es obligatoria en el sector de la formación, todos sabemos que el agente más importante es el cliente y si todas las empresas de la competencia tienen la certificación y tú no, puedes quedar fuera del mercado.
Algunos apuntes para la reflexión...
- Si eres una empresa de formación y trabajas con la Administración Pública es muy recomendable estar certificada, ya que te dará muchos puntos para conseguir los contratos.
- En nuestra opinión, una empresa de formación debería estar como mínimo certificada en la norma ISO 9001, siendo más rentable hacerlo en combinación con la norma medioambiental ISO14001. Aunque si apuestas por una calidad más adaptada a tu empresa y especializada, consiguientemente, en la formación y el aprendizaje, debes optar por la Qfor.
- Hemos observado que la certificación es utilizada en la mayor parte de los casos como un instrumento de mejora de la imagen y posicionamiento de la empresa, no existiendo un interés real por la mejora de la calidad. Algo que es un error porque, si finalmete decides certificarte, debes aprovechar para beneficiarte de la mejora continua que ello supone para tu empresa.
- Por último, no se debe perder de vista este tema. Nos encontramos ante un área en constante evolución. Aunque hoy ninguna de las certificaciones tiene carácter obligatorio, no sabemos si mañana lo tendrán.
"El requisito del éxito es la prontitud en las decisiones"
Francis Bacon